viernes, 18 de enero de 2008

Las Pataletas.




10 Maneras de prevenir pataletas



Usted puede calmar a su hijo en segundos si conoce y aplica estas mágicas (y sencillas) formas de distraerlo. Por Josefina Lecaros La historia le suena conocida es el momento de lavar los dientes de su hija, pero ella se niega a abrir la boca. Quiere cortar las uñas de su hijo, pero él arranca a esconderse. Llegará Tarde si no vuelve a casa con el de la plaza, pero no quiere bajarse del columpio. Los niños de 3 y 4 años son por naturaleza “Contreras”, en especial cuando los papás realmente están decididos a que haga algo, cada vez están más determinados a declarar su independencia y por eso es que esta edad se llama “la edad del NO”. ¿Cuál es la mejor forma para que su hijo coopere y obedezca y así evitar una posible pataleta en él o los gritos nerviosos o amenazas del papá o la mamá? Con un poco de creatividad – y altas dosis de paciencia- usted puede perfeccionar su arte de distraerlo. Sea para el momento en que le pediatra examinará sus oídos o para los largos minutos de espera en la fila del supermercado. Son simples tácticas para cambiarle el switch y evitar una pataleta mayúscula


1.- Hágalo reír


Hacer a su hijo reír es una técnica particularmente efectiva para lavar sus dientes o darle un remedio, ya que la risa no solo lo hace cambiar de tema, sino también abrir la boca. Pruebe poner una cara divertida, diga algo absurdo, maúlle como gato…


2.- Cuéntele una historia de “Cuando era chico...”


Este tipo de historias son un buen recurso cuando hay que distraer al niño por largo rato. Por ejemplo, si usted está esperando que la atiendan en la Isapre y van en el número 10 y usted tiene el 30, puede contarle “cuando yo era una niña…” y echar a volar su imaginación. Mientras más extraña la historia, más rato podrá mantener a su hijo cautivo con el relato.


3.- Cante


La hora de acostarse suele ser uno de los momentos en que más dificultades ponen los niños para obedecer. Cántele una canción que ocupe todo el tiempo desde bañarlo hasta ponerle pijama. Puede cambiar algunas palabras, de modo que su hijo se concentre más en el error que en el lavado de sus dientes. Por ejemplo: Los pollitos dicen ñoco, ñoco, ñoco…cuando tiene hambre, cuando tienen sueño…


4.- Juegue a Simón dice…

Si necesita ponerle la parka y un gorro para el frío y está escondido bajo la mesa de la cocina, haga una competencia de ello: Veamos quien se pone antes la chaqueta: tú o yo. Te aseguro que yo gano. (De seguro él correrá a ponérsela para así ganar). O si son dos hijos a los que hay que vestir (o poner pijama) puede jugar al Simón dice ponerse…

5.- Eche a volar su imaginación.


Una aproximación tranquila, pero creativa, será la mejor forma para mantener a su hijo casi inmóvil en ciertos momentos, como cuando debe tomar su temperatura. Por ejemplo, mientras le pone el termómetro. Por ejemplo, mientras le pone el termómetro en el oído podrá decirle: veo un dinosaurio enanito volando por aquí, parece que va a aterrizar sobre tu cabeza, quédate tranquilito, veamos si nos podemos hacer invisibles…


6.- Haga voces.


Cuéntele su historia favorita o cántele su canción preferida usando tantas voces y gestos como sea posible o haciéndose pasar por una Reina Inglesa, por una viejita sin dientes o una guagua que apenas sabe hablar. ¿Ha contado el cuento de la Caperucita con la voz de un extraterrestre? Pruebe hacerlo en la espera de la consulta del doctor, y prepárese para ver aumentar su auditorio con los otros niños que también estén ahí.


7. Recuerde un momento inolvidable.


Si su hija se escurre mientras usted le agarra su mano para cortar las uñas, empiece a recordar un momento del pasado como “Te acuerdas el día en que tu papá te llevó al teleférico y desde el cielo veíamos los autos chiquititos…” Describa cada uno de los detalles de ese emocionante paseo mientras corta sus uñas y trate que ella añada otros que usted dice no recordar.


8.- Cuéntele un secreto.


Si debe estar en la consulta del doctor en 15 minutos y su hijo se niega a subir al auto con usted, agáchese y dígale en secreto al oído “Tengo un secreto muy importante que decirte. ¿Quieres que te lo cuente?” y entonces, mientras él asiente con su cabecita, tómelo en brazos y continúe susurrando su secreto hasta que esté en su silla del auto ¿Cuál es el secreto? ¡El que usted imagine en ese momento! (Cuidado: que no sea una mentira, sino una fantasía).


9.- Enfatice lo positivo


¿Su hijo se resiste a que le laven las manos antes de comer o a lavarse el pelo? Un piropo puede ser el mejor truco. Por ejemplo: cuando te lavas el pelo se te ve tan lindo y brillante que pareces… En ese momento el champú ya debe estar en su mano y aproximarse suave, pero decididamente sobre la cabeza de su hijo.


10.- Hágale cosquillas.


Si todo ha fallado (o usted no quiere intentar ningún truco distractivo) pruebe hacerle cosquillas. Después de unos momentos en los que usted también gozará con las risas de su hijo, podrá hacer lo que quiera con él. En un dos por tres.


Pequeño independiente


No se trata de rebeldía, sino que su hijo vive un proceso natural y necesario de independencia. Ha tomado conciencia de su “yo” y surgen sus primeros intentos por separarse de quienes dependen afectivamente. Percibe que es una persona (“personita”, más bien) con capacidad de decisión y que tiene los medios para lograr sus objetivos.

Es hora de saber hasta dónde permitir su independencia –por ejemplo, en la elección de sus juegos o si prefiere de postre pera o manzana-, pero exigiendo respeto hacia las normas de la casa.

Hay situaciones en las que no se puede transar y que se refieren al cuidado de su salud física, educación de valores y normas de sana convivencia.

Por ejemplo, negarse a tomar sus remedios, o a comer; su lavado de dientes y baño; la hora de acostarse; el respeto por el trabajo y el descanso de los demás: él debe ordenar sus juguetes y colaborar en un pequeño encargo como dejar su ropa sucia en el lugar que corresponde, botar los papeles al basurero.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Paola, te felicito por tan lindo y excelente trabajo. Me encantó, recomendaré la página, es buenísima. Se nota tu profesionalismo y amor, Saludos Carolina